
Por: Raymundo Flores Melo.
Después de la asamblea de fundación del Club Mexicano del Xoloitzcuintle, el 9 de julio de 2011, la situación del xolo con pelo cambió para mal en nuestro país. Antes de la modificación del estándar las camadas podían registrarse sin que los cachorros con pelo sufrieran restricciones para ser usados en la reproducción, o bien, se les exigiera por su pilosidad una prueba de ADN para poder inscribirse ante la Federación Canófila Mexicana (FCM).
En la reunión del naciente club se habló de un supuesto descuido en la cruza de este perro mexicano y en la necesidad de eliminar algunos colores en el xoloitzcuintle con pelo pues, su presencia, reflejaba la mezcla con otras razas, lo que al decir de los postulantes redituaría, a la larga, en beneficio del xolo pues fijaría algunas características deseables en el animal.
Lo negativo del asunto es que estas personas no tomaron en cuenta lo contenido en códices prehispánicos y crónicas de la época virreinal de nuestro país que ilustran y nombran los colores de los perros en esos periodos, así como tampoco el trabajo de campo que algunos investigadores han realizado.
En ese contexto llegó, lo que se planteó de manera grandilocuente como el primer congreso sobre el xoloitzcuintle, al que después, con la inclusión del chihuahueño, fue llamado primercongreso mundial de razas mexicanas[1], cuyos derroteros siguieron la tendencia restrictiva al xoloitzcuintle con pelo, e inclusive se importaron ponentes para avalar esa postura, relegando a criadores mexicanos conscientes de la importancia del xolo peludo en el pool genético.

Pese a lo antedicho, a principio del mes de enero de 2014 salió a la luz un pequeño texto[2]en la revista National Geographic en Español, firmado por Erick Pineda, acompañado por una bonita fotografía de Héctor García Meza. En la foto aparecen dos xoloitzcuintles que representan la dualidad en la raza.
Los ejemplares que en ella aparecen son propiedad del conocido criador mexicano Jorge Alvarado Granados ( http://www.xolostarango.com.mx/ ). Don Jorge, al ser entrevistado, permitió la toma de imágenes a sus xoloitzcuintles, en especial de Loreto y Mariachi, el primero de ellos sin pelo y el segundo con pelo.
La foto que aparece en la revista es, sin duda, una imagen que invita a evocar uno de los mitos prehispánicos sobre la creación del hombre, donde Xólotl, el dios gemelo de Quetzalcóatl baja al inframundo para extraer los huesos de los gigantes. Pero también nos hace reflexionar sobre la necesidad de dar iguales derechos a las dos variedades y, sobre todo, evitar la exclusión de colores en el xolo con pelo.
Sin duda, los ejemplares presentados en la revista cumplen el estándar, son bellos. Lo paradójico del asunto es que el patrón presente en el xolo llamado Mariachi es uno de los colores que pretenden eliminar (negro y fuego), sin sustento, aquellas personas que quieren erigirse jueces de los demás criadores.

El que un medio de comunicación publique a nivel nacional una fotografía donde se presente la dualidad del xoloitzcuintle es un suceso que debe alentarnos a no cejar en el esfuerzo de dar mayor promoción al xoloitzcuintle con pelo y la variedad de sus colores. Y como dijeran los defensores de los peludos: ¡Todos los colores somos xolo!
Enero de 2014 .
[1]Este congreso se realizó en Mérida, Yucatán en junio de 2012.
[2] El texto puede consultarse en línea, donde se aprecia una foto más de Loreto y Mariachi: http://www.ngenespanol.com/articulos/678662/xoloitzcuintle-perro-prehispanico/